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martes, 9 de febrero de 2010

Misiones que cumplir




Acababa de cerrar la puerta cuando cayó al suelo, enseguida Ella lo cogió de la mano llevándoselo.
-No puedo irme aún, tengo muchas cosas que hacer…
-Ya las harán otros por ti no te preocupes-dijo Ella tranquilamente.
-¿Otros? ¿Qué otros? Tengo que criar a mis hijos, mi mujer no podrá sola con todo.
-Tendrá ayuda, muy pronto encontrará a alguien que le ayude.
-Es mi obligación hacerlo, bueno y mi placer también. ¡Suéltame la mano!
-No puedo, he venido a por ti no por mi propio gusto, esto es un encargo que tengo que llevar a cabo me guste o no y contra tu voluntad.
-¡No quiero irme!, no por favor no me lleves aún.
-No has comprendido la lección y años que llevaras aquí no la entenderías porque eres superficial, para ti solo existe lo que te interesa a nivel personal, pero nada de atender a las necesidades e intereses del prójimo.
-Me interesan mi mujer e hijos, creo que es suficiente.
-¡Si, son los más importantes amigo!, pero, ¿qué me dices de tus padres, hermanos, de la vecina anciana y del amigo que hoy no tiene que darle de comer a su familia? Es mejor cerrar los ojos al mundo y no hacer nada. No has entendido que para llevar a cabo su labor, Dios necesita ángeles y esos ángeles son tu vecina, tus padres, cualquier amigo, tan solo un corazón generoso que aún sin conocerte de nada se porta como un hermano con el que lo necesita. Ayudar es solidario, misericordioso, una palabra caída en desuso pero cuyo significado es de lo más bello que encontrar puedas. Ayudar desinteresadamente es dar amor, es lo que hace un ángel… y un ángel eres tú también.




-Yo no soy un ángel, soy corriente, un ser como otro cualquiera, insignificante.
-Ninguna criatura es insignificante a los ojos de Dios. El problema es que el egoísmo no te deja ver la misión que te traía a la Tierra. Verás que otros ayudan a tu familia cuando tú te vayas y recordarás todas la veces que pudiste hacer algo por alguien y pasaste de largo sin mover un dedo. No solo viniste a disfrutar los bienes terrenales, además, a hacer el bien siempre que estuviera a tu alcance y fueron muchas las ocasiones que desperdiciaste. Ahora otros cumplirán su misión mejor que tú y si no lo hacen se lamentarán también. Los desafortunados que olvidaste ayudar tendrán su premio porque como bien sabes en esta vida se paga y se premia, más tarde o más temprano pero así es-. Lo miró con piedad pero convencida de que llevaría a cabo su misión.
-¿Quién te crees que eres? No tienes derecho a quitarme la vida, mi vida-.Sollozó, ya sin esperanzas.
-Solo soy una mensajera y acompañante en tu último paseo. Se acabó el tiempo que tenías para estar en este mundo, te dejaré en la puerta más cercana al Más Allá, al otro lado te esperan desde hace tiempo…desde que iniciaste el camino en este mundo que ahora abandonas, vuelves pues al sitio de dónde viniste.
Suavemente lo empujó y se quedó mirándolo cómo caminaba hacia su destino, mientras un profundo llanto llegaba a sus oídos procedentes de la calle dónde una mujer, inclinada sobre el cuerpo inerte de su marido, lloraba.
Después se dio la vuelta y con los ojos húmedos pensó que algún día le tocaría a Ella que la relevaran de aquel trabajo tan poco grato en el que llevaba tantos y tantos años.




Carol







































































































































































































































11 comentarios:

MARU dijo...

¡¡¡¡Que difícil!!!!
El eterno tema de la muerte.
Como cada persona lo enfoca ...tan distinta de otra.
Depende de su cultura... heredada.
Depende de sus creencias...
De su fé,,,o ausencia de fe.
De su estado interior...

Pero lo que si es cierto es que en el momento abrimos los ojos a la vida, también lo hacemos a la muerte.

No soy una docta, ni mucho menos, pero creo que las culturas cristiano-judio-musulmanas, son las que ven con más miedo la muerte.
Ven en ella, un acto de castigo, en si misma y, según su comportamiento, el castigo eterno, por toda la eternidad....

y visto así,.....
Un besito, querida amiga.

Nuria dijo...

Sí, a veces pensamos que con el hecho de ser atentos con las personas cercanas es suficiente, pero hay que saber mirar más allá.

En los momentos en que vivimos eso no es habitual, cada uno vive en su burbuja, entrte las cuatro paredes de un piso o una casa sin pensar siquiera en la comunidad, el barrio, el entorno...hasta que un día nos hace falta y apelamos a la ayuda ajena.

Por otra parte, la muerte... no suelo pensar en ella, quizás por razones morales personales, pienso que es el final de algo, aunuqe me entristece, porque ¿acaso no podría ser el comienzo de otro tipo de vida, como quiera que sea?

Tu relato hace reflexionar Carol, me gusta, como siempre...

Un abrazo y un biquiño

Franziska dijo...

Si fuera posible ese relato con la personificación de la Muerte, es cierto que todos nos resistiríamos de un modo semejante pero yo he estado cuatro veces casi muerta, te aseguro
que no es dramático: se siente cómo te van abandonando las fuerzas -debe ser el corazón el que da las señales- y sientes que está llegando el fin. En mi caso -pancreatitis aguda- fue así. Salvé la vida para pasmo de los médicos y nunca tuve miedo de la muerte.

No sé si he cumplido con todo lo que tenía que haber hecho pero lo he procurado y lo procuro y es posible que no sea demasiado sincera conmigo misma. La verdad, no sé hasta dónde puede llegar mi egoísmo. Es tan hermoso vivir que es difícil no desear que ésta no se acabe y, es posible, que éste sea nuestro gran error.

Un abrazo, querida amiga, y gracias por traernos este reflexión ¿existe vida después de nuestra muerte física? La muerte del cuerpo es innegable pero... bueno, creo que debo dejarlo, ya está bien de manifestar dudas a alguien que manifiesta su fé en la eternidad. Porque tú puedes tener esa fuerza inexplicable que es la fe.

Carol dijo...

Siento mucho como ha quedado el post pero no me imagino cómo se puede arreglar ese espacio entre este post y el anterior.

Disculpen las molestias.

Abrazos.

Carol dijo...

Yo pretendía hacer un relato en el que la “ayuda al prójimo” fuera el tema. Cómo debemos comportarnos con aquellos que quedan desamparados ante la muerte del cabeza de familia o de la persona de las que dependen.

La muerte del protagonista en este caso es del desencadenante. Él se resiste no por miedo a Ella sino porque su familia quedará sin protección.

¿Tenemos obligación moral de cuidar de alguna forma de esos seres que no tiene a nadie?

¿Cuál es la misión que nos trae a este mundo, además de nacer, crecer y multiplicarnos? ¿Será, tal vez, que no venimos solo a disfrutar mientras contemplamos el dolor o pesar de otros?

La religión me la planteo relativamente en este post. Seguro es que la muerte vendrá a visitarnos algún día y que nos iremos de este mundo ya sea de la forma que sea y aunque ésta no sea ni siquiera una acompañante de los últimos momentos y demos solos esos pasos, los que se queden, ¿recogerán el testigo?

Gracias por tu comentario Luna siento no haber sabido transmitir lo que quería.

Un beso enorme.

Carol dijo...

Cuando somos jóvenes casi no pensamos en la muerte, ella nos sorprende llevándose a personas a las que por sus pocos años se les suponían que les quedaban muchos por vivir, sin embargo…

Lo que me pregunto es si nacemos para vivir nuestra vida, lo mejor posible si nos dejan, o debemos, además, ser solidarios con los menos afortunados, si no es esto también una ley de vida. Una responsabilidad que no nos está permitido eludir.

Biquiños Nuria.

Carol dijo...

Franziska, me ha impresionado y emocionado tu comentario. Nos da pié para creer en los milagros.
O apoyarnos en esa frase : ”No le llegó su hora”. Aparte de esto, tú eres muy valiente por lo que nos comentas y me alegra mucho que hayas ganados esas batallas que me imagino muy duras y estés así tan guapa como se te ve en la fotografía.

Estoy segura que has cumplido con los demás que te necesitaban, el hecho de que te lo plantees ya es garantía de que si así no fuera le pondrías remedio. Pero creo que seguir tu trayectoria es ver que te preocupas por tu familia y por lo que hay a tu alrededor.

No sé si hay otra vida Franziska, por eso sería ideal que en esta que sí conocemos todos los seres vivos pudieran ser lo más felices que se pudiera. Por si acaso…

Muchos besos.

tag dijo...

Pues es la primera vez que leo un relato de la muerte, en la que se le da un toque diferente,esta muerte tiene un lado humano, que siente pena, que llora y que desea ser relevada de cumplir esa misión tan desagradable.

Eso me ha parecido un enfoque genial.Porque nunca habia visto asi la muerte, siempre la imaginaba como algo frio, insensible y carente de cualquier sentimiento y emoción.

Un besito

Carol dijo...

Sí Tag, esta muerte es muy cumplidora con su misión, pero parece que está un poco harta de llevarla a cabo una y otra vez. No se jubila ni pasados los 67…( perdona la broma).

Gracias por tus palabras.

Besitos.

El Drac dijo...

Me parece que la muerte es exactamente como dice la sra, Franziska, cuando uno entiende que la muerte es parte de la vida, aprende a vivir esperándola. Además he podido conversar con personas de edad avanzada y en verdad ya esperan la muerte como un descanso para sus dolencia, es muy penoso llegar a anciano en la mayoría de los casos; me dicen que duelen las articulaciones, son mucho más difíciles los movimientos etc. Un gran abrazo

Carol dijo...

Bienvenido El Drac, gracias por tu visita y dejar tu comentario.

Seguramente será así, como dices. Las veces que he estado presente en la muerte de una persona( incluso de un animal) he salido completamente traumatizada, me he sentido impotente y hasta desesperada, ver como la vida se escapa en cada suspiro y no podemos evitarlo. Que la medicina ya no puede hacer nada y las oraciones no son oídas o sencillamente rezar ya no vale.

Acompañar a un ser querido en sus últimos suspiros es de las cosas más grandes que puede hacer un ser humano, coger su mano y sentir que la vida casi se te va con él, o ella. Creo que necesitamos un poco de la resignación que tenían nuestros antepasados para soportarlo pero para ello es necesario creer en Dios y
en la otra vida.

Un fuerte abrazo.