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jueves, 29 de octubre de 2009

La niña que no fue...


Llegué al final del camino
miré mis manos vacías…
Un dolor punzante me recorrió el cuerpo
sentí que se me escapaba la vida.
Volví la cabeza para ver la senda
por la que derramé mis tesoros
un páramo de hierbas secas
que ni quiero ni añoro.

La niña pequeña lloraba
un llanto profundo, escalofriante
los pies heridos le sangraban
los ojos con la mirada errante.
Llegó hasta mí y sin mirarme
se asomó al oscuro cráter
intenté cogerla… ,¡mas no pude!
Con horror la vi precipitarse.
Por el camino dejó las prendas
que cubrían sus huesos aquel día
desesperación en mi corazón por ella.
Y por mí. ¡Con ella moría!

Carol