Seguidores

martes, 30 de noviembre de 2010

En manos de la tristeza




Quise huir lejos de la tristeza
mas ella me persiguió implacable
me abrazó con sin igual sutileza
alejó de mí todo lo que es agradable.
Con una mano borro lo bello
que en mi vida siempre hubo,
con la otra apagó la llama
que daba luz, calor, esperanza al futuro.
Sentada en la fría estancia
de las horas vacías, obsesionantes,
vi marchar a la alegría, al amor,
a los sueños inalcanzables.
Mientras, lo bueno que en mí tenía
se perdía en las tinieblas
ocupando espacios inquietantes.
Mi alma se precipitó al vacío,
lloré por ella, por todo…
Pero este llanto llegó tarde.
¡Demasiado tarde!




Carol

sábado, 20 de noviembre de 2010

Pearl.S. Buck


“Muchas personas pierden las pequeñas alegrías esperando la gran felicidad”

Pearl S. Buck


-----------------------------------------


Cuando era muy jovencita, creo recordar que con catorce años descubrí a una escritora maravillosa, Pearl S. Buck, y pude leer dos de sus libros más famosos traducidos a muchos idiomas. No tuve ocasión de conocer más historias escritas por ella en aquel entonces pero estas dos me marcaron y creo que para bien en mi adolescencia.
Pearl s. Buck era una escritora norteamericana que pasó la mitad de su vida en China junto a sus padres que eran misioneros. Nació el 26 de junio de 1892 y murió el 6 de marzo de 1973.
Con más de ochenta obras en su haber y algunas de ellas adaptadas al cine como “La buena tierra” que consiguió dos premios de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de los Ángeles y California.
Fue la primea mujer en conseguir el Pulitzer en 1932 y el Nobel de Literatura en 1938.









Esta es la primera novela que leí de ella:
Viento del Este, Viento del Oeste de Pearl S. Buck:






Pearl S. Buck ha sabido describir en sus libros el punto justo en que se encuentran las civilizaciones oriental y occidental. Al trazarnos el retrato de una familia distinguida, nos muestra los conflictos que, de manera inevitable, surgen entre padres e hijos cuando las ideas occidentales penetran en los baluartes de la cultura china.





La Madre



Una novela intimista sobre la vida familiar en la China tradicional. Pearl S. Buck supo interpretar, como ningún otro occidental, el alma del pueblo chino. Su obra constituye un puente de entendimiento entre nuestro mundo y aquel gigantesco país asiático. La madre es la historia de una mujer china, en el marco histórico de la década de 1930, a quien no se da nombre propio alguno en la novela —al igual que a los demás personajes—, pues solo se hablará, en alguna ocasión, y como incidentalmente, de una tal familia Li, y que personifica a la sufrida madre rural china, constituyendo una contrafigura de la O-Lang que aparece en La buena tierra.




---------------------------------


Son dos libros deliciosos que os gustarán a los que aún no lo habéis leído y los que lo han hecho ya seguro que compatiréis conmigo esta opinión. Yo los he vuelto leer este verano pasado porque casi no los recordaba y volvió a merecer la "pena".





Carol


viernes, 12 de noviembre de 2010

A ti...

Tú,
eres mi cielo lleno de estrellas.
Mis noches claras.


La mañana,
que por las rendijas se cuela,
esa alegría que llega
con las sonrisas tiernas
y entre tus manos me siento eterna,
impregnada de amor sincero.
Me asomo a donde
se esconde tu alma
y entre las sombras
de tus pestañas
me hago fuerte,
no siento miedo.
En esa mirada que me fascina
la vida se hace deleite,
mi corazón galopa
hacía tu mundo lleno de sueños.
¡Si tú quisieras…!
Yo sí lo quiero.


Carol





sábado, 6 de noviembre de 2010

Solo te pedí un sueño



¡Si una sola noche soñaras conmigo…!

Ir de la mano paseando
hasta donde el paseo acaba
allí donde se abrazan
las almas enamoradas.
Contemplar la noche azul
el cielo cuajado de estrellas
la Luna, nada tímida
luminosa y coqueta
alumbrando tu sonrisa
mientras oigo un: ¡Te quiero!
¡No… eso no…!
No quiero pedir demasiado.
Solo un sueño tierno
que al recordar no duela
por ser muy delicado,
con los pies en la tierra.

-¿Ni una pizca de locura?

Me conformo con estar
en tus sueños de una noche
que lo puedas recordar
con agrado sin temores.

Sin abusar de esa fortuna.



Carol