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domingo, 24 de abril de 2011

Tormenta


La tarde se llenó de tormenta

una corriente de aire frio

barrió con crueldad la cubierta

del barco que tú y yo compartíamos.



La lluvia cruel calló con fuerza

calando todo lo que habíamos escrito

borrando la esperanza puesta

en el futuro de un amor divino.


No miremos con tristeza

los restos del naufragio

de aquel amor apasionado,

de aquellos sueños dulcemente alimentados,

en estos restos hay mucha ternura

para llenar el cofre del tesoro encontrado.


Carol