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domingo, 8 de noviembre de 2009

En los días de lluvia...



He abierto la ventana para oír la lluvia caer, es un sonido relajante y me trae la nostalgia de los días de lluvia en mi tierra, cuando era niña y no podía salir al patio de la casona a jugar o a la amplia azotea dónde el viento soplaba fuerte y la visión del Mar Mediterráneo enfurecido bañando de espuma blanca la playa me dejaba absorta en mis pensamientos.
Años después ya adolescente lo hacía bajo un paraguas y aunque terminaba mojándome el espectáculo era de pagar entrada para verlo, yo corría peligro de ser considerada una persona rara por estar allí quieta apoyada en el pretil viendo llover pero era impagable contemplar dicho espectáculo.
Cuando de noche me despertaba la lluvia al caer sobre mi ventana me arrebujaba bajo mis cuatro mantas y escuchaba los silbidos del viento que se colaban por las rendijas, me parecían palabras dichas al oído, palabras amorosas llegadas de lugares lejanos donde habitaba el dueño de mis sueños de amor aquel ser que sería mi alma gemela y que estaba por encontrar, algo en lo que yo intentaría poner empeño aunque eso no fuera suficiente ni seguro de conseguir por mucho esfuerzo que hiciera, porque llega cuando tiene que llegar cumpliendo con nuestro destino, al que no vale forzar.
Ver llover se convierte cada vez más en algo milagroso, y no me gusta esa lluvia que cae a cantaros, ahora me gusta la que cae mansa, empapa los campos, llena los ríos y los pantanos y nos deja pasear bien abrigados con botas, paraguas y… ¿por qué no?, con una sonrisa.
Por fin el otoño se muestra en todo su esplendor, las hojas de los árboles sembraron parques, aceras, montes, y caminos, bajó la temperatura y apreciamos más al llegar a casa, el calor del hogar, la taza de café humeante, la sopa en todas sus variedades y ese ambiente acogedor que se nota en los corazones de los que la habitamos.

Hoy me despertó la lluvia, él estaba junto a mí. Al principio del despertar no sabía si estaba soñando o despierta, después sus brazos amorosos me han abrazado y se disiparon las dudas, me he quedado quieta haciéndome la dormida para alargar el momento, seguir oyendo llover, mientras pensaba que la vida te quita y la vida te da o viceversa pero… por favor, que no me quite lo que tengo ahora.


Carol




18 comentarios:

Nuria dijo...

Delicioso relato Carol, para quienes vivimos en el Norte también la lluvia forma parte de muchos recuerdos ligados a la infancia... aunque a mí esos días de lluvia mansa, de "sirimiri" no me gusten especialmente, esos días que ni llueve ni deja de llover...casi prefiero la lluvia contundente, para verla a través de la ventana con una taza de chocolate café entre las manos, arropada por la calidez de unos brazoz amados como dices...

Esos son días grises, pero perfectos.

Te he imaginado de niña, con un impermeable y botas de goma de colores, el pelo húmedo por la lluvia, y una sonrisa en la boca ¿sabes?

Biquiños

MARU dijo...

Carol, como dice Nuria, puedo verte. Ese
Mediterráneo que tanto quiero, esa estación del año tan maravillosa!!! llena de misterio, de colores ocres, de humeantes tazas que calientasn por dentro y cálidos abrazos que calientan por fuera...
Ese ruido de la lluvia en los cristales...
Quien quiere despertar? nadie?
Que dure la magia, para siempre.
Mágico.
Un besito, amiga.

sara dijo...

A mi también me has hecho vivir esos momentos Carol

Cuantas cosas nos hace sentir la lluvia, verdad?, cuantos momentos maravillosos..

besitos de tu admiradora gallega

Sara

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Te comprendo...la magia que nos regala la lluvia en los momentos más especiales de nuestra vida no se compara con nada...quizás la luna...pero ella no arrulla con la melancolía que sí nos da la lluvia.

Me alegra saber que quien duerme a tu lado es el que soñabas!
Un abrazo!

tag dijo...

Mi querida Carol,

Que ni se le ocurra a la vida quitarte nada, al contrario, que te dé todo lo que esperas.

Esa lluvia, cayendo fuera, y tu dentro, en la cama abrazadita por unos brazos amorosos,es lo mejor del otoño.
Es una estación triste, para mi, pero si hay algo que me encantan son esos dias de lluvia mansa como tu dices, que puedes pasear con un paraguas. Es reconfortante.
Y si encima ves a unos niños, con sus botitas de agua, pisando los charcos, es cuando a mi me viene la nostalgia de otros tiempos, cuando era una niña y me gustaba jugar bajo la lluvia.

Un besito

Carol dijo...

Nuria, me refiero a esa lluvia que cae abundante pero sin viento, como la que caía el domingo,el sirimiri tampoco me gusta.

¡Que rico chocolate a la taza!

Imagíname con impermeable rojo y botas de agua negras, brillantes, como de charol.

Biquiños.

Carol dijo...

Luna, la lluvia en domingo que si apetece salir bien y si no te quedas así como dices tú disfrutando de los placeres del hogar.

Un poco más problemática es cuando no hay más remedio que salir a trabajar, viajar, al colegio, etc.

Un beso enorme.

Nuria dijo...

Sería una foto ideal Carol para dejar todo en blanco y negro menos el impermeable...

Biquiños

Carol dijo...

Tú también tienes recuerdos de los días de lluvia Sara, claro que sí, aunque eres muy joven seguro que te evocó momentos en los que lo pasaste bien, vivencias que volvemos a recordar oyendo ese sonido tan mágico.

Yo también soy admiradora tuya, me encanta leerte.

Besitos, Sara.

Carol dijo...

Cierto Mónica, la Luna, mejor llena, es maravillosa su contemplación, su reflejo en el mar... ídilico.

Yo soñaba con él... y algunos sueños se cumplen, por eso nunca debemos dejar de soñar.

Un abrazo.

Carol dijo...

Gracias Tag, lo mismo para tí, que la vida te dé todo lo que mereces que es mucho.

Sí es una estación triste, pero tiene su lado bueno, apetecen otras cosas distintas de las que hemos estado haciendo en verano y también son muy agradables.

¡Lo que disfrutábamos con nuestras botas de agua, impermeables y paraguas! Pisar charcos es un deseo que pasa de generación en generación sin que hagamos nada por inculcarlo, jajaja, no hay niño al que no le guste, e ir con un paraguas lo mismo.

No tengo la suerte de ver el mar, como tú, desde mi ventana, incluso entonces tenía que subir más alto para verlo, pero ese recuerdo, esa imagen es imborrable y la imaginación muy poderosa.

Besos.

Carol dijo...

Sí Nuria, una foto muy bonita sería, no tengo ninguna mía de esa época, tal vez tú consigas una hacer una así a alguna nena que conozcas.

Es curioso, tu imaginación tampoco descansa, lo convierte todo en posibles imágenes, es una maravilla como trabaja la mente.

Un beso grande para tí.

Franziska dijo...

Me sorprendes. ¡Has vuelto a publicar otra vez! ¡Qué alegría! Entiendo que estás animada. A mi me ha gustado mucho este post y todo el mensaje que refleja. Sabes, a mi la lluvia me llena de alegría. Algunas personas, creo que a la mayoría, les entristecen los días grises pero a mí me sucede todo lo contrario `porque cuando llueve estoy pletórica.

He publicado mi primer vídeo en You Tube y me gustaría que me dieras tu opinión, si quieres verlo lo encontrarás en:

http://www.youtube.com/watch?v=Tk7fUf2Zt0E&feature=player_embedded

Se llama "Otoño en la Comunidad de Madrid" y está bajo el seudónimo de "Nenufaresblancos".

Un abrazo.

casss dijo...

Adoro la lluvia de esa misma manera, me acerca a mi misma como ninguna otra sensación. Y cuando sucede en invierno, esa taza de chocolate caliente o esos brazos que arropan, son el paraíso.
Nuestro ánimo cambia tanto según la estación del año o las vicisitudes del tiempo...
Muy lindo leerte y transportarme al Mediterráneo.
Un beso.

Carol dijo...

Lo he visto esta tarde Franziska y me parece maravilloso, esas fotos son ideales, te ha quedado un video del que puedes estar muy contenta, me encantó.Te felicito.

Gracias por darme la oportunidad de poder verlo.

Me alegra que te guste el post, hay muchas personas a la que les gusta la lluvia, además es tan necesaria que aunque nos estropee algún plan de vez en cuando, debemos recibirla con alegría.

Muchos besos.

Carol dijo...

Cierto Cas, los días de lluvia nos invintan a estar más en casa, a encontrarnos con nosotros mismos con ese dulce sonido que muchas veces llama a nuestra ventana.

"Como el que mira llover..." no es ya para mí una simple frase que expresa indiferencia, la contemplación de la lluvia al caer pueden ser muchas más sensaciones.

También me encantan las personas a las que les gusta caminar bajo la lluvia y las que no dejan de ir a una fiesta porque llueve, ya sea romería, feria, deportes...

El clima influye en nuestro ánimo, desde luego, pero debemos sacar el mayor partido a todas las situaciones.

Besos, Cas.

ALIX dijo...

Precioso relato Carol !!!
muy tierno !!!
a mi también me gusta ver llover,
pero a ser posible, sin mojarme mucho....
muchos musus Potxola !!!

Carol dijo...

Gracias Alix, ver llover bien resguardadita es una delicia.

Musuak potxola.