Ciudad…a 13 de Junio de 2009
Querido amor mío:
Hace mucho tiempo que no te escribo una carta, la última fue poco antes de que volvieras a mi ciudad para casarnos, han pasado muchos años, aún conservo las que me enviaste.
Entonces te las escribía a mano, intentando poner el corazón en cada palabras, estaba tan enamorada de ti… tanto que no me importó dejar mi ciudad, a mis padres, hermano, mi casa y a todos mis parientes y amigos, la vida para mí, como tú sabes, era maravillosa, me sentía muy querida y protegida, era como vivir en el Cielo, un cielo en la tierra.
Tú ya tenías una vida en esta ciudad dónde llegué contigo con toda la ilusión del mundo, a mí me costó mucho empezar de cero porque echaba de menos a todos mis seres queridos.
Tú con tu infinita paciencia conseguiste que yo me fuera acostumbrado. Extrañaba la comida cuando íbamos a restaurantes, extrañaba todo, pero lo que más el clima, no entendía que un día hiciera mucho calor y al siguiente frío, un verano casi sin sol, mucha lluvia, tormentas, tenía que ir a la piscina y al campo con el paraguas por si acaso…sobre todo necesitaba la visión del mar y ahí si que no he encontrado solución a mi melancolía suavizada por los años y porque ya hace tiempo que quiero a esta tierra como a la mía.
Tengo “el corazón partío” y cuando estoy aquí echo de menos mi tierra y cuando estoy allí a esta tierra dónde está toda nuestra vida juntos y todo lo que juntos hemos conseguido: casa, hijos, bienestar… tantas cosas…
De lo que más orgullosa me siento es de haber conservado aquel amor de dos chiquillos, maravillosos sentimientos que despertamos el uno en el otro, que a través de los años y venciendo tantos obstáculos como la vida va poniendo en nuestro camino hayamos sido capaces de preservarlos y haya llegado hasta aquí lleno de ilusiones y esperanzas en el futuro.
Un futuro que deseo vivir contigo, mi primer amor, el único hombre que me ha hecho vibrar, porque antes tuve dos amores, pero fueron platónicos y solo tus brazos me han abrazado de la forma que necesito para sentir plenamente el amor, en mi corazón , en todo mi ser.
Me gustaría encontrar palabras mágicas para decirte todo lo que siento por ti, que sin ti no puedo vivir, pero será mejor que en vez de palabras sea en mis ojos y en mis gestos donde tú veas el amor que te tengo: cuando te cuido porque estás enfermo, en el día a día, compartiendo tus ilusiones, ayudándote en lo que emprendes, consolándote cuando alguna desgracia familiar nos ha tocado de cerca, igual que tú has hecho conmigo, esa reciprocidad tan importante de encontrar en la persona amada.
Las pequeñas diferencias de carácter con los que chocamos a veces son solo anécdotas que pasado el tiempo hacen que nos riamos de nosotros mismo. Lo verdaderamente importante es que nuestra vida en común está llena de momentos sublimes, inmensas alegrías, días felices y lo más importante de todo, y que estoy convencida de que será así, es que este amor durará siempre porque tú y yo nos queremos de verdad.
Cuando leas esta carta en tu correo no pienses que me ocurre algo malo, sencillamente tenía ganas de decirte todo esto y a veces con palabras resulta difícil, por eso pienso que deberíamos escribirnos más, no tanto como cuando éramos novios…pero sí una carta de vez en cuando.
Recibe todo mi amor.
Te quiero.
Carol
