Mi máquina de escribir
Acababa de sacar el certificado de mecanografía en una academia cuando mi padre me preguntó si quería una máquina de escribir portátil, yo que no me esperaba este regalo le dije rápidamente que sí-era muy necesario tener muchas pulsaciones, conservar las que había logrado- a la hora de encontrar trabajo y el ordenador aún no se conocía por aquí.
Fui a ver la máquina de una amiga que tenía una Olivetti y me pareció una máquina ideal, así que cuando llegamos a la tienda y mi padre pidió que le sacaran una portátil la dependienta se marchó y volvió con una un poco más grande y también más cara, era una Princess-norma alemana que a mí me resultaba entonces un poco grande y pesada para cargar con ella.
Me ayudó a aprobar mecanografía en la Escuela de Comercio, para prepararme a algunas oposiciones que no saqué y me acompañó hasta mi nueva casa cuando me casé…Para escribir a máquina mis poemas y tantas cosas… aprendieron con ella mis hijos.
Ahora la tengo encima de los cajones del escritorio donde escribo y está el ordenador, aunque no la uso desde hace tiempo no consigo desprenderme de ella y tampoco quiero, la tengo un cariño especial, creo que aún escribe muy bien y nunca se sabe…con ella se escribe sin electricidad, con la luz de una vela y no es por nada pero sus teclas me suenan a música celestial y me evoca recuerdos y situaciones que nunca volverán.
Carol
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20 comentarios:
Carol una lexico 80 fué en la que yo apredí mecanografía, la verdad es que ese sonido a mi particularmente me relajaba,Hoy el sonido de las teclas del ordenador es tan suave, nada que ver jejeje. Objeto de museo hoy.
Un abrazo.
Carol: Te contaré algo. Hace muchiiiiiiiiiisimos años, fuí profesor de mecanografía y cálculo mercantil en una academia. Así que el mundo de las Underwood, Remington, Hispano Olivetti, Adler, Triunph, etc, que de todas había, no tenía secretos para mí. Guardo muy buenos recuerdos de aquella época.
Es comprensible que no quieras desprenderte de esa máquina que tuvo para tí un significado especial.
Un abrazo.
Sin dudas de su teclado habrás hecho nacer preciosos escritos!...
Además del recuerdo, creo que tu máquina portátil es valiosa como símbolo de tu esfuerzo por aquellos años de estudiante -y los que le siguieron-
=)
Un abrazo.
que bello y hermoso recuerdo, me has emocionado muy buen texto muy bien escrito... y si también me has hecho recordar mi primera maquina de escribir que aún la conservo
Que tiempos aquellos... me has trasladado a otro tiempo de mi vida cuando la música de las teclas compartían ritmo y espacio con la imaginación. Un bonito objeto, y un bonito relato.
Un abrazo.
Ayyy Carol, no me hables de la máquina de escribir, que me pongo chocha, tengo en un armario mi preciosa máquina roja, portátil de una joya, la Valentine.
Me has hecho levantar para mirarla de nuevo, en ella escribí con ilusión mis primeras letras, aquellas que ahora me harían ruborizar pero que me empujaron a seguir.
Valentine, objeto de culto de una época de diseño amarillo y rojo, objeto de mi particular culto.
Besitooooooo cómplice.
Guardala, guardala!!!, no te deshagas de ella!!!, eso de escribir, no se yo, si es de cinta estará la tinta ya sequita, pero no te deshagas de ella que es una joyita!!!, asi que tú también eres de las que aporrea el teclado con mucho ruido, jajaja, eso nos pasa a todos los que aprendimos a escribir en máquinas de teclas, mis hijos cuando escriben acarician las letas, yo las aporreo sin poder evitarlo, es más es que si no suenan no se ni por que letra voy!!!, jajajaja, miles de besosssssssssssss
será que esta mañana , cuando me fui a tomar cafelito...nunca hago nada, a parte de asearme, hasta que no tomo mi cafelito en el bar de julito...salió el tema este semiterno del maldito paro y d ela maldita crisis...será por eso, casi seguro, que el final de tu relato me ha llevado a preguntarme si acaso no volveremos a las máquinas de escribir, no ya como esa tuya, si no de aquellas anteriores que tenían cinta de tela y en ellas el rojo y el negro eran los colores a elegir...no sé...
de todas las meneras, el sonido de esas otras máquinas, con mucho, de su teclado, quiero decir, era muchísimo más bonito que el de estos nuestros ordenadores¡¡¡
medio beso, carol.
Vaya recuerdos, la máquina de escribir. Tantas cosas que escribimos con ella y cuando nos equivocábamos, allá que poniamos el tipex aquel de papel, y asunto solucionado. Te entiendo de verdad.
Un saludo
las maquinas de escribir mi olivetti que recuerdos en ella aprendi a soltar mis sueños besitos de gaviota en vuelo
Yo también estudié mecanografía,me costaba mucho porque nunca tuve una máquina de escribir donde practicar, así que me imagino lo lindo que debe haber sido recibir ese regalo. Ahora son una reliquia y lo mejor de todo es que son fieles porque nunca dejan de funcionar.
Un abrazo enorme, gracias por estar este jueves conmigo :)
Me voy... me he manchado con la cinta de la máquina al cambiarla, vi que no se leía muy claro el texto, e intenté arreglarlo.... En realidad esto de los objetos me trae nostalgia,tal vez la cinta estaba bien, pero mis ojos ya no ven como antes...Eso sí, mis dedos como los tuyos, escriben muy seguras al tacto, en esas máquinas donde hasta tus hijos escribieron. Ese repiqueteo...ah.. qué tiempos aquellos!!
Una propuesta muy linda, la de los objetos, tan variados como participantes. Qué bueno!!
Besos Carol, muchos!
Que recuerdos, las máquinas de escribir. Recuerdo sentarme ante ella, colocar el papel y escribir, la magia del ruido, la campanita de fin de línea cortando la inspiración. Mágico pero para cambiar algo, hala, o a tachar o corregir a boli o repetir todo.
Reconozco esa magia, pero me quedo con el ordenador.
Gracias por recordar esas viejas máquinas. Un beso.
Hermoso... sin dudas creo que eso es lo mejor que tiene... anda sin electricidad... y andan bien. dejaron historias y quien sabe si mañana lo hará de nuevo. Precioso objeto para este jueves. un beso!
No te desprendas nunca. esas teclas sintieron tus dedos disuestos a escribir esos poemas irrebatibles. Bonito recuerdo que nos traes.
Besos
El que un objeto no se use por obsoleto, no quiere decir que tengamos que desprendernos de él.
Al contrario, hay verdaderas "joyas" que jamás utilizaremos, pero que tendrán una presencia entrañable en la vida de nuestra familia.
Esa "máquina" formará parte de tu particular museo de objetos que son testigos de ilusiones realizadas.
besos
Muchas gracias a todos por vuestras palabras en este Jueves que ha sido tan bonito con esos relatos tan apasionantes de leer.
Dar la bienvenidas a las que me visitan por primera vez María, Natalí. Gracias.
Se me olvidó poner en el texto que nunca comprendí porqué la dependienta me trajo esa máquina cuando le pedimos otra y deciros que me fui a casa sin ser capaz de decirle a mi padre que yo quería la Olivetti más que la Princess-norma, no sé, tal vez fue porque vi a mi padre que le gustó mucho esa máquina, con los años se lo agradecí mucho porque resultó ser de buena calidad aguantando el paso de los años.
Por cierto que desde luego que como se escribe de cómodo con el teclado del ordenador..., pero mi máquina cumple con el tema de este Jueves y es que no puedo separarme de ella, le tengo ese apego tan especial a un objeto que me fue necesario en su día.
Un fuerte abrazo a todos.
Pepe, se me olvidó agradecerte que me contaras que fuiste profesor se Mecanografía y
Cálculo Mercanti, me parece genial, yo guardo muy buenos recuerdos de los dos profesores que me enseñaron esas dos asignaturas.
Un abrazo.
Hola carol:
Yo, en tantos años trabajando en Despachos judiciales, si que se lo que es una máquina de escribir triste especímen condenado a desaparecer, junto con la "plastilina" azul del limpiatipos, el borrador con escobilla...ay, la de cosas que hice yo con un aparatejo de estos.
Bonito relato
Saludos
Wendy
Muy cierto Wendy, qué cosas haciamos para no tener que repetir todo el escrito, con los ordenadores es mucho más fácil pero ello no quita que la máquina forme parte de nuestros recuedos y que le tengamos ese apego a pesar de que hemos progresado tanto con estos aparatitos de hoy en dia.
Un abrazo enorme Wendy.
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